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lo bueno del robo (de datos)

Publicado el 17 Oct, 2016
– the brigth side of life –

Javier Carbayo analiza en el Diario La Ley, cómo las compañías afrontan una situación de emergencia como la fuga o el robo de datos. En general, aborda el asunto desde dos puntos de vista;

Por un lado, y al margen de la gravedad de la incidencia, se aborda la cuestión desde otro prisma, es decir, cómo este tipo de situaciones pueden suponer un golpe de realidad para la entidad, sacar a relucir sus carencias, y poner a prueba su capacidad de reacción y adaptación a la nueva situación. Siempre podremos sacar algo positivo hasta en la peor de las situaciones.

En segundo lugar, analiza la relevancia del papel del abogado y su responsabilidad, tanto en la prevención, como en el análisis y solución del problema una vez presente.

Os dejamos un anticipo del artículo, a cuyo contenido completo podréis acceder al final del post.

Lo bueno del robo (de datos)

Carbayo Vázquez, Francisco. Javier

Diario La Ley, Nº 8843, 14 de Octubre de 2016, Editorial Wolters Kluwer

No hay nada bueno en el robo de datos, desde luego. Pero como con relación a toda experiencia negativa (ya sea si nos estamos planteando cómo evitarla, qué hay que hacer en el momento que ocurre o qué hacer una vez que ya ha ocurrido), siempre tenemos que afrontar el reto de encontrar “el lado positivo”. Desafortunadamente, los robos de datos son ya casi habituales, y desde el Sector Jurídico debemos enfocarlos desde más puntos de vista de los que, en mi opinión, se está haciendo. En este artículo se reflejan algunas ideas y propuestas.

Una de las palabras que más suenan en los últimos tiempos en el mundo del Cumplimiento Normativo y la Ciberseguridad es “resiliencia”. Afortunadamente, no se trata de un nuevo “palabro”, surgido en parte como estrategia de marketing, en parte como definición de algo nuevo y en parte como necesidad constante de generar nuevos términos. En este caso se trata de una palabra que ya tenía y tiene un significado, que de acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española es:

1. «Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos».

2. «Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.”

El robo de información y más en general, las fugas de información suponen, desde mi punto de vista, una claro ejemplo de situación que pone a prueba la resiliencia de las organizaciones. Y no sólo cuando han ocurrido, sino aun antes, porque esa “capacidad de adaptación” o “capacidad…, para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación”, es algo que se planifica, se entrena y se testea. Si es que realmente queremos reducir los efectos de una fuga de información que no ha sido posible evitar.

No obstante, cuando hablamos de robo de datos o fugas de información, por robo o por cualquier otra causa, siempre ha parecido (aunque cada vez lo parece menos), que hablamos de situaciones lejanas y ajenas… Para demostrarnos que eso no es así podemos ver una estupenda representación de los mayores ejemplos (supuestos con más de 30.000 registros) en este enlace. Aparte de la apreciar, agradecer y recrearnos con la representación y con el magnífico manejo de datos, podemos profundizar en casos concretos que nos puedan interesar, porque seguro que hay varios que nos interesan.

Accede al contenido completo AQUÍ

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